Envíame
a alguien, Señor,
que
tenga tiempo para estar conmigo
que
venga a verme
y
rompa el pesado silencio de mis días,
que
me sonría y piense conmigo,
que
se sienta libre
para
poner su mano en mi corazón
y
sacar a la luz
mis
más íntimos pensamientos.
¿No
serás Tú a quien yo espero?
Tú
no tienes reparo en regalarme tu tiempo,
con
tal de que yo sea capaz
de
advertir tu presencia.
Tú
sabes escucharme,
con
tal de que yo también te escuche
y
sepa estar en silencio delante de Ti.
Toma
mi mano, Señor,
y
quédate junto a mí
te
necesito..
Autor:
Arnaldo PANGRAZZI
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.