viernes, 29 de abril de 2016

EL QUE ME AMA GUARDARÁ MI PALABRA


El que me ama
guardará mi Palabra
y mi Padre lo amará
y vendremos a él
y haremos morada en él

¡Qué frase más redonda te ha salido, Señor Jesús!
¡Que pensamiento tan profundo
nos has dejado,
Señor Jesús!

Pero lo importante no es la frase,
lo importante no es la lógica hilvanada
del razonamiento,
lo importante es lo que expresas
con esta idea.

Veo que el amarte, Señor Jesús,
es algo que has dejado
a nuestra libertad:
el que me ama… dices…
porque sabes que unos
te querrán y otros tomarán otro camino.

Con todo lo que has hecho por nosotros
nos dejas aún libres para amarte o no.
¡Que generosidad tan grande!
¡Qué respeto tan enorme tienes
a nuestras decisiones!

Veo también, Señor Jesús,
que eres realista y como cualquier
enamorado:
como todos los padres,
como los miembros de una familia
o como cualquier amante…
Tú, Señor Jesús,
nos dice que el amor hacia tu persona
no puede reducirse a unas palabras,
sino que se ha de manifestar
en unos hechos,
en un comportamiento acorde
con tus enseñanzas.

Y además nos dices, Señor Jesús,
que al cumplir tus enseñanzas
Dios nos amará:
Dios Padre estará contento
por nuestra forma de actuar.
Y fruto de ello… ¡oh maravilla!
El Padre y Jesús nos tomarán
como posada donde morar, vendrán
a nosotros y establecerán su estancia
en cada uno de nosotros.

No sé como esto es posible
pero me gusta y lo creo.
Somos morada de Dios,
Dios habita en nosotros.
¡Qué maravilla! ¡Qué chollo!
¡Qué grandeza tan sublime nos das
viniendo a ser nuestro huésped!

Gracias, Señor Jesús, por tanto honor.
Gracias porque a pesar de mi pequeñez,
a pesar de mis debilidades…
has querido tomar asiento en mi casa.
Ya ves que a veces está desordenada
y sucia.

Gracias, Señor Jesús,
porque Tú has tenido la iniciativa,
bien es cierto que has pedido
una condición:
cumplir tu Palabra, hacerte caso.

Perdón, Señor Jesús,
porque muchas veces
voy buscando afanosamente
fuera lo que llevo dentro.

Sí, el tesoro de mi vida
lo llevo en mi interior
y no necesito correr
en busca de otras aguas
cuando el manantial fluye de mi interior.

Gracias, Señor Jesús,
porque Dios Padre y Jesús
han querido hacernos
morada suya.
Feliz idea, Señor Jesús.
Maravilla esta como las que en vida
tuya hacías
con los enfermos y necesitados
de tu tiempo.
Ayúdame a que nunca pierda de vista
que puedo llevarte dentro,

que puedo ser tu aposento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión es importante.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.