viernes, 2 de agosto de 2013

¿CON QUE SUEÑAN LOS NIÑOS DE LAS CIUDADES RICAS?

¿Con qué sueñan los niños de las ciudades ricas?
 ¿Les da tiempo a soñar después de las clases, el piano, el inglés, el chino, el baloncesto y el judo?
¿Con qué sueñan los niños de nuestros pueblos? ¿Sueñan con las ciudades de neón y asfalto? ¿Con dejar de escalar hasta la copa de todos los árboles y subir a la cima de todos los rascacielos?
¿Con qué sueñan los niños de los orfanatos, los niños maltratados o los enfermos? ¿Hay para ellos sueños llenos ternura y abrazos? ¿Sueñan con golosinas? ¿Con bizcochos de crema hechos por una abuela amorosa?
¿Y los niños que trabajan, como esos chiquillos que recogen plásticos o cartones para ganarse la vida? ¿Sueñan ellos?
¿Puede uno soñar cuando se acuesta cada noche empapado en sudor, pegajoso, con los pies doloridos y el estomago rugiendo?
¿Con qué sueñan los niños del mundo?
Hablo de los niños porque me parece que los sueños de las niñas van por su propio camino.
Las niñas sueñan consigo mismas en el futuro, sueñan con ser mujeres...
Sus sueños son como proyectos de vida. Por eso me preocupan tanto los sueños....
Dice Schopenhauer, el gran pesimista, que el optimismo es un sarcasmo contra los dolores sin cuento de la humanidad, pero yo creo que se equivoca.
El optimismo es el núcleo del corazón y la conciencia del ser humano, el motor de todo cambio y mejora, el aliciente para no dejarse llevar por la desesperación y la muerte.
Es el material del que están hechos los sueños. sobre todo, claro está, los sueños de los niños y las niñas del mundo.
¿Cuando se nos olvidó que para entrar en el reino había que ser como ellos?

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