jueves, 23 de mayo de 2013

JUEVES SANTO


Jesucristo: Sumo y Eterno Sacerdote

             Este jueves inmediato a Pentecostés celebramos la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Esta festividad de origen española, obtuvo aprobación de la Santa Sede en 1971. Fue incluida en el calendario litúrgico en 1974, y desde 1996, se incorporaron textos propios en la liturgia de las horas, enviados desde Madrid por Juan Pablo II, en conmemoración de sus bodas de oro sacerdotales. En esta fiesta contemplamos el sacerdocio redentor de Jesucristo como la cumbre y compendio de su acción salvadora en el mundo. Jesús es el sacerdote de la nueva alianza que nos ha reconciliado con Dios y nos ha llamado a formar parte de su Iglesia haciéndonos hijos del Padre. Nos ha comunicado una nueva vida en el Espíritu Santo y nos ha convertido en Pueblo sacerdotal, participes de su sacerdocio para extender el reino de Dios a todos los hombres.
                  
                 En medio de este pueblo sacerdotal, Dios, por medio de la Iglesia, elige a algunos de los hermanos para que desempeñen el sacerdocio ministerial y santifiquen al pueblo de Dios. Como cristianos en Cristo y por Cristo ellos ofrecen vida, gozos y sufrimientos, con alegría en el altar. Ellos, llamados a desempeñar el sacerdocio ministerial, se unen de modo singular a Cristo, Sacerdote, Cabeza y Pastor: "Sólo el sacramento del Orden atribuye al ministerio ordenado una peculiar participación en el oficio de Cristo Cabeza y Pastor y en su sacerdocio eterno" (Christifideles laici, 23). La misión del sacerdote ordenado es perpetuar el sacerdocio único de Jesucristo.

                      Por otro lado, así como Jesús une en su mediación los dos aspectos de la relación con Dios y con los hombres, y esto es lo que lo constituye sumo sacerdote, así nosotros debemos unir en nuestras vidas la fe que nos acerca a Dios y la solidaridad que nos une a nuestros hermanos.
Nosotros debemos integrar la relación con Dios en el centro de nuestra vida, haciendo que nuestro culto sea la propia vida entregada y no como una realidad aparte; entrar en relación con Dios y confrontarnos constantemente con su voluntad, y acercar a nuestros hermanos a Dios. Y esto sólo podemos realizarlo estando unidos a Cristo por los sacramentos, que no son observancias rituales, sino medios de unión con Él. En esto consiste nuestro sacerdocio común, en unir toda la realidad de nuestra vida y de nuestra muerte, a la realidad de la vida y de la muerte de Cristo en favor de nuestros hermanos.
                      
                     Hoy fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, por la intercesión de Santísima Virgen, Reina y Madre de cada uno y de la Iglesia entera, oremos por los sacerdotes, para que sean dignos ministros de Nuestro Señor: hombres de oración. Asimismo agradecemos a todos los sacerdotes que han pasado por esta parroquia de San Rafael Arcángel desde su inicio:


D. Policarpo Báez Marrero y D. Francisco Rodríguez Rodríguez 1943
D. Vittorio Colafranceschi Colasanti 1943 – 1946
D. Román Navarro Rodríguez 1948 – 1954
D. Manuel Guedes Quintana 1954 – 1961
D. José Reyes Molina 1954 – 1959
D. Bartolomé Santana Sánchez 1959 – 1960
D. Francisco López Pérez 1960
D. Luis García Marrero 1961 – 1963
D. Manuel Déniz Déniz 1963 – 1965
D. Pedro Sánchez González 1965 – 1974
D. Eugenio Peñate Suárez 1965
D. Santiago Pérez Mesa 1974 – 1982
D. Jesús Vega Mesa 1982 – 1990
D. Cristiam Briales 1988 - 1991
D. Gonzalo Fernández Parrilla 1990 – 1998
D. Juan Betancor Domínguez 1998 - 1999
D. Manuel Pérez Gallardo 1999 – 2001
D. Bernardo Valerón Cabrera 2001 – 2004
D. Alejandro Santana González 2004 – 2012
D. Antonio Juan López González 2012 -


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